Siempre he pensado que el estudio de un pintor está en cualquier sitio donde es capaz de crear. Un rincón de un salón, una esquina de un parque, un recodo en el camino. Cómo lugar físico es necesario casi como guardián fiel de tus obras y de tus trastos, recuerdos e inspiraciones …una especie de cajón de sastre y una maleta de vida.
En primavera, en verano y siempre que puedomi estudio está en la Naturaleza, en la Vida misma. Tal vez es necesario regresar a tu refugio físico para terminar de perfilar, por la imprescindible soledad y las más de las veces por comodidad…
Hoy entro en mi estudio ordenado y tranquilo como casi nunca está.Observo lo que atesoro en él: mis obras terminadas, mis obras inacabadas, mis obras escondidas,mis obras sólo perfiladas, los pequeños tesoros que como obsesiones infantiles te persiguen para fluir a través de tí y tomar vida.
Hay una atmósfera especial en estos lugares, una fina película que tiñe el paso del tiempo y una energía que trasciende los objetos y lo cotidiano y que como finas motas de polvo tienden a posarse y perdurar en la memoria de quien las observa…